jueves, 27 de octubre de 2011

LA REVOLUCIÓN AGRARIA

LA REVOLUCIÓN AGRARIA

  1. Definición
  2. Tiempo histórico y dónde
  3. La fisiocracia
  4. La necesidad de aumentar la producción: soluciones
  5. Nuevas técnicas
  6. La eliminación del barbecho. El sistema Norfolk
  7. La seleccion de semillas
  8. Los nuevos productos
  9. Nuevos fertilizantes
  10. Ganadería
  11. Análisis

jueves, 13 de octubre de 2011

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y ECONOMÍA

CAPITALISMO

LIBERALISMO ECONÓMICO

INTRODUCCIÓN
Con la Revolución Industrial también nace el sistema económico CAPITALISTA cuya primera forma recibe el nombre de LIBERALISMO ECONÓMICO

PRINCIPIOS DEL LIBERALISMO ECONÓMICO


  • PROPIEDAD PRIVADA, libre y sin límites.
  • LIBRE EMPRESA, con la libre contratación y la libre regulación.
  • LIBRE MERCADO, solo regulado por la ley de la oferta y la demanda.
TEÓRICOS DEL LIBERALISMO ECONÓMICO
 <> Adam Smith, catedrático de economía de la Universidad de Glasgwon, elaboró la más sólida teoría a favor del liberalismo económico.
El mercado libre es el gran motor del crecimiento económico y del progreso. El mercado debe estar libre de trabas. El mercado se regula mediante la ley de la oferta y la demanda ("la mano invisible" del mercado dirige libremente la economía). El exceso de demanda hace subir los precios y el exceso de oferta hace bajar los precios.
El Estado debe limitarse a tres funciones:
    *   al ejército para la protección de agresions internas
    *   a garantizar la paz interior: justicia y policía
    *   a realizar obras que la iniciativa privada no realiza (carreteras, hospitales, ...)
Ensayo sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las naciones, 1776

 <> Thomas Robert Malthus, más pesimista que Adam Smith, para evitar la catástrofe se debe controlar la natalidad de la población que crece más que los alimentos.
Ensayo sobre el principio de la población, 1798

 <> David Ricardo,
            defendió las ventajas del librecambismo
            defendió la división internacional del trabajo
            defendió la libre circulación de los productos agrícolas

 <> John Stuart Mill, elaboró la síntesis final del liberalismo económico.
           Para él el Estado debe intervenir en: educación, fiscalidad, regulación de la vida privada, ...
           Para él el Estado es mal empresario
Principios de economía política, 1848

    miércoles, 12 de octubre de 2011

    REVOLUCIÓN INDUSTRIAL Y LA SOCIEDAD DE CLASES

    Las transformaciones sociales: la sociedad en clases             
         Hasta el siglo XVIII, la sociedad estaba dividida en estamentos, grupos  prácticamente cerrados a los que se accedía por nacimiento. A cada uno le correspondía desempeñar un papel distinto en la sociedad: la defensa militar correspondía a la aristocracia, la función espiritual, que incluía la cultura y la enseñanza, era desempeñada por el clero, y la función de proporcionar la manutención, derivada del trabajo, era atribuida al denominado tercer estado.
      Las sucesivas oleadas revolucionarias y los cambios económicos provocarán intensas transformaciones. Las leyes particulares de cada estamento desaparecerán y, con ellas, los estamentos, pues todos los individuos serán considerados iguales ante la ley. Incluso ante la muerte: la Revolución Francesa difundió el sistema de decapitación mediante la guillotina, que igualaba en el cadalso a reyes y miserables, a aristócratas y plebeyos. Sin embargo, las diferencias de riqueza se hicieron cada vez más acusadas. La sociedad quedó dividida en clases, y mientras los grupos superiores se enriquecían considerablemente y llevaban una vida de lujo, la mayoría de la población vivía en condiciones deplorables, en el límite de la subsistencia. Entre ambos, un grupo, la clase media, atendía negocios familiares en las ciudades o explotaciones propias en los campos. Así, la nueva sociedad quedaba dividida en tres grandes grupos: clases superiores, medias y bajas.

      *Clases superiores. Clases altas. Estaban formadas por dos grupos de distinto origen: la aristocracia y la alta burguesía.
         La nobleza, aun perdiendo privilegios  como dirigir la sociedad y derechos señoriales, se había visto beneficiada por la consolidación y ampliación de sus propiedades tras las desamortizaciones v cercamientos. También conservó su prestigio e influencia.
      El término burguesía aludía en esta época a los grupos dedicados a los negocios (finanzas, comercio o industria), de los que eran propietarios total o parcialmente.
           La Revolución Industrial supuso el triunfo de la burguesía.
         A la alta burguesía pertenecían los grandes banqueros, los constructores del ferrocarril, los empresarios del sector textil, la minería o la siderurgia, los propietarios de compañías navales y de astilleros, los especuladores enriquecidos con la construcción inmobiliaria, grandes comerciantes industriales, etc. De todos ellos destaca el empresario industrial, comerciante a la vez, adquisidor de materias primas más baratas y conocedor de las posibilidades del mercado, e incluso al tanto de las novedades tecnológicas para que su negocio prosperara.
          Entre aristócratas y burgueses enriquecidos se fue produciendo un acercamiento, cada vez mayor, intensificado por lazos familiares por vía matrimonial y la identificación económica e ideológica: eran partidarios de la defensa de la propiedad, el orden social, una maoral conservadora de fundamento católico e, incluso, llegaron a tener gustos y costumbres afines.
          Aristocracia y alta burguesía eran los únicos grupos que ejercían sus derechos de participación política, exceptuando los cuadros militares superiores y las profesiones liberales (catedráticos, médicos, abogados). Todos ellos componían el bloque con el que se formaban los gobiernos y los restringidos parlamentos del liberalimso.
         El poder político y económico de la burguesía creció a lo largo del siglo XIX.

      *Clases medias. En ellas se incluyen los grupos de la llamada pequeña burguesía, formada por tenderos y comerciantes, de telas y ultramarinos principalmente. Estos últimos se sustituyeron al comercio artesanal de los talleres y la venta ambulante. En las décadas finales de siglo aparecieron, en algunas grandes ciudades como París, los primeros grandes almacenes, que pondrán en peligro la continuidad de los pequeños tenderos. También se incluían en este grupo los propietarios de negocios de tipo familiar, con un reducido número de trabajadores, dedicados sobre todo a objetos de consumo, como pequeñas empresas textiles, de calzado, confección, mueble o alimentarias.
    Por su nivel de renta, también deberían incluirse aquí las profesiones liberales y los cargos militares de alto rango, salvo por la peculiaridad ya señalada: gozan de derechos políticos en un sistema de sufragio restringido. En las zonas rurales, corresponderían también a las clases medias los trabajadores que labran sus propias tierras y que, ocasionalmente, emplean trabajadores agrícolas. A menudo se trata de herederos que se hacen cargo de las tierras familiares mientras que el resto de los hermanos busca trabajo en las ciudades.

      *Clases bajas. Los trabajadores constituían la mayor parte de la población, como había sucedido siempre. La novedad fue, sin embargo, la aparición del proletariado, constituido por los emigrantes rurales convertidos en obreros de las fábricas, las minas o la construcción, y cuyo único sustento proviene de su fuerza de trabajo, alquilada a cambio de un salario. La única seguridad para su futuro es su prole, es decir, el número de hijos, muchos de los cuales trabajaban desde cortas edades. Ante la precaria situación laboral, un accidente, un despido, el cierre de la fábrica o la vejez, podían significar la ruina de las familias.

    Las condiciones de vida de los obreros
       En algunas de estas ciudades el crecimiento rápido, desordenado y sin criterios surgirán enormes suburbios superpoblados, sucios y conflictivos donde las epidemias de tifus o cólera se convierten en algo habitual. Estos suburbios surgían muchas veces en torno a una fábrica: estaban formados por los barracones donde vivían los operarios de esa fábrica.
        En principio la situación puede calificarse en general como muy mala, así como sus condiciones laborales habría que describirlas como espantosas: fábricas sucias, húmedas, oscuras, poco ventiladas y ruidosas (condiciones causadas por la presencia en ellas de las máquinas  de vapor y por la nula preocupación de los patrones por las condiciones laborales de sus empleados). En estas fábricas poco sanas y peligrosas era habitual que sus obreros pasasen de doce a catorce horas diarias, trabajándose incluso sábados en jornada completa, y domingos hasta mediodía. La concentración de obreros en las fábricas es la que hace posible que estos trabajadores tomen conciencia de su situación y vean que mediante acciones colectivas podrían tratar de mejorar sus condiciones de vida. El sistema de fábricas se encuentra por tanto en el origen del movimiento obrero.
        La industrialización impulsó también el trabajo de mujeres y niños de muy corta edad, pues si antes en muchos oficios la fuerza del trabajador era un factor clave, ahora la fuerza la realizan las máquinas. Los empresarios fomentaron el trabajo infantil y femenino porque mujeres y niños recibían salarios dos y tres veces inferiores a los de los hombres. Los niños fueron empleados en la industria textil, en las minas, en la industria siderúrgica: durante el siglo XVIII no hubo normas que regulasen el empleo  infantil. Para hacerse una idea de las dimensiones alcanzadas por esta explotación basta con citar la existencia de una ley del parlamente británico que en 1833 ("The Factory Act", 1833) dejaba la jornada laboral de los niños de nueve a trece años en "sólo" nueve horas diarias, y de trece a dieciocho años el trabajo estaba fijado en diez horas y media (la jornada duraba para ellos doce horas, pero con hora y media reservada para las comidas). Todavía en 1.891, una ley que pretendía luchar contra abusos en la explotación infantil se limitó a elevar la edad mínima de trabajo de los diez a los once años.
        De hecho, apenas se detectan preocupaciones sociales durante la segunda mitad del siglo XVIII pues estas condiciones se aceptan como normales. Ya en el siglo XIX investigaciones  parlamentarias, protestas sindicales o conocidos relatos como los de Dickens en "Tiempos Difíciles", pusieron de manifiesto la dureza de la vida de los obreros industriales.

    domingo, 9 de octubre de 2011

    LAS TRECE COLONIAS ANTES DE LA INDEPENDENCIA

    CARACTERÍSTICAS GENERALES
    Las colonias del Norte: New Hampsihire, Massachussets, Rhode Island y Conectica. Principalmente dedicadas a la actividad comercial y a la industria marítima. Estas colonias del norte no producían ninguna materia prima necesaria para Inglaterra, de ahí que hicieran su propia manufactura e intenso comercio.
    Las colonias del Centro: Nueva York, Nueva Jersey, Delaware y Pensylvania. Dedicadas a la actividad del cristal, ladrillos y sobre todo cereales, presentaba una transición entre la colonias del norte y las del sur.
    Las Colonias del Sur.- Maryland, Virginia, Carolina del Norte, Carolina del Sur y Georgia. Principalmente dedicadas al tabaco y algodón (que empezaba a tener gran importancia para Inglaterra con la Revolución Industrial). Serán las colonias del sur quienes produzcan las materias primas que Inglaterra necesitaba y en 1763 hubo quejas:
    a)            porque el cultivo de tabaco reducía la capacidad productiva del suelo.
    b)            porque la superproducción deba lugar a una baja en el precio que no se correspondía con los transportes.
    c)            porque la plantación exigía nuevas tierras de cultivo y el gobierno lo había prohibido.

                    Una economía basada en las plantaciones exigía mucha mano de obra e incrementaba el crecimiento de la población, principalmente de población negra que estaban en una dependencia de total esclavitud, que hacía los trabajos laborales, fomentaba las dotes de mando, y en consecuencia hay que entender que este sistema conservaba las distinciones de clases. La casa de la plantación era: hogar, factoría y hotel.

                    Pese a la diversidad de las colonias se dan condiciones propias para la revolución:
    Despertar de un sentimiento nacionalista en las colonias no compartido en la metrópoli.
    Rechazo a una tributación impuesta por la metrópoli en la que no estaban representados los colonos.
    Existencia de propaganda que defendía los sentimientos nacionalistas.
    Rechazo al sistema imperial inglés.

                    El sistema de gobierno, a pesar de los intentos del gobierno inglés en época anterior de afirmar la autoridad real por la unión directa de las colonias a la Corona, En 1763 las colonias poseían ciertas libertades políticas, después confirmadas por la autoridad real o concedida por al Corona (fuero real).

                    El gobierno se ejercía mediante una solución de compromiso entre el gobernador, asistido por un consejo (que representaba al rey) y la asamblea (elegido por los colonos), esta aprobaba el presupuesto y ratificaba los proyectos de ley elaborados por el Consejo. Según predominase uno u toro de estos poderes, la asamblea era más o menos representativa.

                    La estructura de la sociedad era igual a la metrópoli.
                    Había un alto crecimiento demográfico.
                    El objetivo inmediato era la conquista del Oeste.