La historia
de la Segunda
Internacional será la historia del socialismo a
finales del siglo XIX pues la otra gran corriente, los anarquistas, dentro del
Movimiento Obrero no estará presentes en la Segunda Internacional.
LA CREACIÓN
Con motivo
de la celebración del primer centenario de la Revolución Francesa,
los partidos socialistas franceses aprovecharon la ocasión para convocar un
congreso socialista y otro sindical en París en 1889, de ellos surgió la
iniciativa de recrear la Internacional Obrera.
Así renacerá
la Internacional
federando a organizaciones socialistas de ámbito nacional que estaban
sólidamente arraigadas en sus respectivos países, poseerá, pues, una mayor homogeneidad
y dimensión que la Primera Internacional al
quedar perfilada como una confederación que agrupaba sólo a partidos políticos
semejantes, en consecuencia una mayor homogeneidad en el terreno ideológico por
su carácter socialista de inspiración marxista, por tanto los
enfrentamientos ideológicos se realizarán ahora dentro de una común referencia
al socialismo marxista. Los anarquistas que habían formado parte de la I Internacional
fueron definitivamente expulsados de la II Internacional
en el Congreso de Londres de 1896.
LA
ORGANIZACIÓN
Federación
flexible de partidos nacionales autónomos para,
a través de congresos trienales,
conservar un tronco doctrinal común y coordinar acciones de ámbito
internacional.
En 1900 se
creó el Bureau Socialiste International con sede en Bruselas, integrado
por todos los países presentes en la Internacional, mas tarde se constituirán otros
organismos
vinculados a la
Internacional al margen de la creación en 1905 del
Secretariado del Bureau.
La II
Internacional nunca fue un
organismo de dirección del movimiento socialista mundial, sino sólo de intercambio
de informaciones y contactos.
EVOLUCIÓN
La Segunda
Internacional tuvo una incidencia
social muy superior a la Primera Internacional ya que integraba a millones
de trabajadores de toda Europa e incluso fuera de ella.
Creó
los símbolos más conocidos del movimiento obrero:
· El himno que lleva su nombre.
· Proclamación de la fiesta reivindicativa del Primero de Mayo.
Sus
primeras reivindicaciones comunes a todo el movimiento obrero serán:
· Establecimiento de la jornada laboral de ocho horas.
· Supresión del trabajo a los menores de 14 años. De los 14 a los 15 años jornada de 6
horas.
· Supresión del trabajo nocturno, excepto donde no pudiera ser
posible.
· Prohibición del trabajo de las mujeres en las ramas de la
producción que afecten a su organismo.
· Supresión del trabajo nocturno a las mujeres y a los hombres
menores de 18 años.
· Descanso ininterrumpido de 36 horas semanales.
· Prohibición de ciertas industrias nocivas para los trabajadores
· Supresión del regateo.
· Supresión del pago en especie y de las cooperativas patronales.
· Supresión de las oficinas de colocación.
· Vigilancia en las fábricas por personas elegidas por los obreros y
pagadas por el Estado.
· Celebración del Primero de Mayo.
· Afirmación de la necesidad de la organización obrera y de su
acción política; en contra de los planteamientos anarquistas.
· Establecimiento de las fronteras y de los puntos comunes con el
movimiento sindical, inspirando la fundación de una Federación Sindical
Internacional, con sede en Amsterdam.
LOS DEBATES IDEOLÓGICOS
A) Sobre la colaboración del movimiento obrero
con la izquierda burguesa. (Ver apartado de los debates ideológicos Internos).
B) Sobre el colonialismo.
Posiciones:
a) Quienes consideran el colonialismo como un
hecho histórico positivo y sólo aspiran a humanizar sus formas.
b) Quienes denuncian sus excesos y ambigüedades
sin llegar a condenarlo en principio y proponen darle una orientación
emancipadora mediante un régimen socialista.
c) Quienes consideran el colonialismo como una
forma de explotación destructiva consustancial al capitalismo y lo condenan sin
paliativos.
Será esta
última postura, defendida por Kautsky, la adoptada por el congreso de Stuttgart
de 1907.
C) Sobre los cambios experimentados por el
capitalismo y la evolución de las perspectivas socialistas.
Se
tomaron medidas generales para hacer que el trabajador lleve una vida digna:
Jornada de 8 horas, descanso semanal suficiente, educación, asistencia sanitaria
adecuada, (ver apartado anterior) etc.
D) El sentido y la eficacia de la huelga
general.
E) Las amenazas de guerra entre las
potencias europeas y las formas de hacerle frente.
Se discutió
mucho en los congresos acerca de los métodos que se podían utilizar para
impedir la guerra. Propuestas:
a) En 1907 se plantea la guerra como una
emanación del sistema capitalista, y se acuerda la huelga general indefinida para el caso de que estallara la guerra.
b) A partir de 1907 se plantea, entendiendo que
el capitalismo da una dimensión planetaria a la lucha de clases, convertir la
guerra entre potencias imperialistas en una
insurrección socialista interna contra los Estados burgueses beligerantes.
c) En 1912 se establece claramente un antibelicismo de la Internacional
En síntesis,
la guerra no favorece a los trabajadores sino todo lo contrario, así pues, se
decide no favorecer el militarismo de los estados.
LOS DEBATES IDEOLÓGICOS INTERNOS
La Segunda
Internacional tampoco estuvo exenta
de debates ideológicos internos, con dos corrientes una revolucionaria y otra
revisionista a cerca de colaborar en defensa de la democracia y conseguir
mejoras sociales con los partidos burgueses de izquierdas.
a) La tendencia más ortodoxa y centristas,
representada por K. Kautsky, defendía el carácter inevitable del
derrumbe del capitalismo y por lo tanto una posición de quietud y espera.
Posición que revela la expresión kautskiana que define el SPD como un “partido que, aunque es revolucionario, no hacía la
revolución”.
b) La tendencia revisionista que tiene en E.
Bernstein el principal exponente, y que defiende la necesidad de actuar
directamente en la vida política para lograr reformas sociales, lo que suponía
establecer alianzas del socialismo con partidos no obreros.
Las posiciones
revisionistas fueron rechazadas contundentemente en el Congreso de París de
1900 ( y condenado en el Congreso de Amsterdam de 1904) “ ningún socialista
podía formar parte de un gobierno burgués” y de hecho, en toda Europa, ningún
político socialista participó en los gobiernos burgueses (salvo el caso de Millerand en Francia). Este
pasó será dado por primera vez en la época de entreguerras.
EL FIN
El fuerte condicionamiento
nacionalista que gravita sobre algunas organizaciones (la alemana y la
francesa) en el seno de la
Internacional marcarán el fin de la Internacional. Así
en julio y agosto de 1914 todos los mecanismos creados por la Internacional para
impedir la guerra dejaron de funcionar, pues el sentimiento patriótico,
entretenido por años de propaganda y exacerbado por la presión del ambiente,
pudo más que cualquier otra consideración racional. Bajo la etiqueta de la unión sagrada los partidos socialistas
de los países beligerantes empiezan a colaborar con sus gobiernos y votaron a
favor de los créditos militares de sus respectivos países. Así pues, la guerra,
nuevamente, fue el agente divisor del
movimiento obrero internacional.
Partido
Socialista Alemán.